en la mañana temprano
mientras el sol bosteza

y sus rayos dormilones
besan las hojas con timida ternura,
pasos en la cocina avanzan con premura

las ventanas abiertas
escurren rocio

y a los bichos del patio
se les acaba la fiesta,
a otros en camas les gana la pereza

el cafecito casi huele
y el periódico dice lagañas

los huesos entumecidos
quieren seguir a la sábana,
pero las manos buscan faena

la garganta está amargada
y el estómago reclama a su dueño,
sencillo parece el plan
pero amerita empeño

así que la cosa
no demora en comenzar

el aguita va calentando
y el cuerpecito tambien,
vaya pero que bien

ahora lo más importante
es que el mencionado asunto
no puede quedar sin gusto

así que el artífice habilidoso
se apresura sin pensar..

a lo lejos un gallito pinto
se ufana de saber la hora,
mientras el caldo de su esposa
pone el aguita gustosa

pero como todo en la vida
necesita de alegría,
al aguita le caen en lluvia
trocitos de colorido sabor

zap zap, castiga el cuchillo al tablón,
y los pícaros aritos
hacen llorar al anfitrión,
pero de la emoción

y ¿quien dijo que ahí queda la cosa?
si el aguita está que brilla,
y en pintas de aceite de oliva
se envuelven ya las papas,

ajies, tomates y verduras
se revoltean y estrujan
para llamar la atención,
de un cilantro comparón
que entre todos se regodea

Dios desde arriba ya siente el olor,
y levanta a sus angeles de un tirón,
para que den la bendición
a esta grandiosa obra

pero es tanta su modorra
que hay que alarles por los pelos,
y como no aguantan el fuego
van en forma de fideos,
a unirse al concierto humeante

que burbujeante
va avisando,
que está ya casi al punto

chup chup, un sorbito
ay que susto!
casi queda
floja de sal

pero no hay de que preocuparse
va cantando muy sonriente,
mostrando todos sus dientes
de oloroso y fresco ajo

solo queda buscar atajo
para saltar de la olla al plato,
y degustar despacito
lo que mi padre ha descrito,
como un bocado de felicidad

que sopita suelen llamar
todos aquellos con la dicha,
de posar cuchara encima
en tan delicioso manjar




Dedicado a mi papi que tanto le gusta la Sopa

Con Cariño

Edycel

que precioso puede ser el momento
en que te quedas callado.

ese momento que sin ser muy prolongado
te limitas a callar, es decir, hacerte el mudo.

solo hacerte, porque esos segundos de silencio
es muy probable que lo uses pensando
en lo que dirás mas adelante.

y luego no sabes para que,
si terminas diciendo exactamente lo contrario.

si es que cada vez que hablas
decir la verdad te cuesta.

entonces ¿para que hablar?
si no hablaras, yo tampoco hablaría.

la palabra cállate no existiría...
que dulce!

danzar, reir, besar
aplaudir, abrazar,
llorar,
hablarían por nosotros
cuan lenguaje universal.

no se nos atrofiaría la boca.
OH no, eso nunca.
Ya bastante útil que es lamer, comer, beber y retozar.

¿cuál sería la preocupación entonces?
definitivamente no sería el hacernos entender.

y allí,
alejados de todo el ruido,
que en vez de unirnos nos aparta,

podríamos por fín escuchar
a todo aquello que nos habla.

Edycel