A mi tío abuelo, Príamo Morel, lo recuerdo siempre cuando me encuentro con personas de sonrisa amplia y sincera, como la suya.
Me divertían sus anécdotas, y la ingeniosa picardía que ponía en sus caricaturas. Puedo decir que en definitiva, vivió con gracia y sabrosura.
Encontré hoy algunos de mis poemas, que con su talento él convirtió en cuadros, y adornaron las paredes de mi habitación durante largo tiempo. Seguirán bien guardados, no olvidados. Los coloco aquí por si la humedad, el polvo, la carcoma, y la memoria, quieren hacer de las suyas.
A mi Papá:
A mi Hermana:
Al Mundo:
Al Atardecer:
A los Miedos:
Al Amor:
A mi Mamá: